jueves, 19 de febrero de 2015

A buen entendedor...


Hace mucho tiempo un joven de una familia de gran status social, estaba por graduarse de bachiller, su padre muy orgulloso le pregunta a su hijo: que quieres que te regale por tu graduación?  -Cabe destacar que este joven era un excelente alumno y había quedado seleccionado para estudiar en una de las mejores universidades del mundo;  el niño desde la edad de 12 años se había quedado sin su madre a causa de un accidente, dicho esto y siguiendo con la respuesta del hijo a su padre, le responde: quiero un auto deportivo padre, aquel que vimos aquel día en el concesionario y el padre muy cordial le dice: está bien hijo mío.


Pasaron los días y llega el acto de graduación del joven y en su celebración el padre lo llama muy aparte de los invitados y le da una caja mediana de regalo, el muchacho emocionado abre la caja y encuentra una biblia forrada de piel y se altero mucho diciéndole al padre: ME VOY! Te he pedido un auto y puedes comprármelo y me sales con esto, con una estúpida biblia, el muchacho se fue de su fiesta muy molesto, tomando sus cosas.

El padre muy triste sólo observo quedándose callado, pensando que su hijo volvería, cosa que nunca sucedió. Este joven después de varios años ya es un profesional y se ha vuelto un empresario muy exitoso, ganando mucho dinero pero a pesar de que tenía a su esposa y 2 hijos pequeños recordaba a su padre, hasta que un día lo llaman de la mansión donde vivía y le dice el mayordomo que su padre había fallecido que por favor debía venir, el gran empresario exitoso tomo su viaje de una forma muy triste y cuando llega a la mansión empieza a recordar los buenos momentos, colocándose así a revisar sus cosas y en una de esas se ha de topar con la caja mediana que le regalo su papá el día de su graduación de bachiller, en lo que saca la biblia salen disparadas unas llaves y una tarjeta que decía: disfrútalo, totalmente pagado  el auto que tanto querías y atrás de la tarjeta también decía: nunca en tu vida te guíes por las apariencias! El empresario exitoso no paraba de llorar con rabia y tristeza…

A buen entendedor…